Reto Modulo 1: Reflexión sobre una noticia
Las mujeres, más vulnerables ante la pobreza (lavanguardia.com)
Bajo mi punto de vista, la integración de la perspectiva de género en el ámbito de la salud laboral es muy necesaria y, en muchas ocasiones, no se tiene en cuenta por parte de quienes están obligados a proteger la seguridad y salud de la población trabajadora. En los sistemas de prevención de riesgos laborales se deben considerar de forma sistemática las diferentes condiciones de trabajo y de exposición a factores de riesgo de mujeres y hombres, incorporando objetivos y actuaciones específicas dirigidas a eliminar las desigualdades y promover la igualdad en todas las políticas y acciones, a todos los niveles y en todas las fases de planificación, ejecución y evaluación. La integración de la perspectiva de género en prevención de riesgos laborales es, por lo tanto, una materia transversal e interdisciplinar, que se debería contemplar en el plan de prevención, en la evaluación de riesgos, en la planificación de la actividad preventiva, en la vigilancia de la salud y en el resto de las actuaciones preventivas.
En la noticia del periódico La Vanguardia se destaca que las mujeres son más vulnerables ante la pobreza tras la pandemia, debido principalmente al impacto económico de esta última en sectores más feminizados. Según el informe internacional Closing Gap 2022, la desigualdad ha pasado del 35.9% de 2020 al 36.7% en 2021. En este sentido, la noticia destaca la segregación horizontal, es decir, se refiere al sector económico y ocupación de las mujeres, pero es importante también hacer alusión a la segregación vertical, referida principalmente a la distribución desigual de mujeres y hombres en la estructura jerárquica ocupacional, dando lugar a una subrepresentación de las mujeres en puestos de decisión y liderazgo. Por tanto, la proporción de mujeres en los puestos directivos es menor que los hombres. Ambos tipos de segregaciones contribuyen a la brecha de género que comenta la noticia y refuerzan las desigualdades generadas en el ámbito laboral.
En mi opinión, la socialización diferencial de niñas y niños está en el origen de estas desigualdades de género debido a que a las niñas se nos educa de forma que encajamos más en sectores y ocupaciones como la sanidad, residencias, atención domiciliaria o empleo del hogar, que tienen en común la dimensión de cuidados, su poca valoración social, peores condiciones de trabajo y empleo y ofrecen menos oportunidades de promoción que otros sectores más masculinizados. Además, la propia socialización potencia habilidades directivas y de liderazgo en los niños, por lo que esto es un reflejo de lo que ocurre a nivel laboral con la segregación vertical.
A pesar de que es complejo acabar con este tipo de desigualdades, la estrategia fundamental debería ser la abolición del género. Que niños y niñas crezcan libres de estereotipos y roles sexistas es fundamental para construir una sociedad igualitaria y acabar con la feminización de la pobreza.
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